martes, 10 de noviembre de 2009

La curiosidad mató al gato

Tengo que aprender a comprender la física, para poder manejar sus leyes. Cómo puede la inercia impedirme dar el primer paso , y sin embargo una vez dado esa misma inercia me guía, como un embudo a recorrer el camino hasta el precipicio.
Y si bien no comprendo la física, si puedo discernir que mi curiosidad me lleva siempre a forzar esa inercia, y a necesitar conocer que hay al final del precipicio. Y como no puede ser de otra manera al final del precipicio hay un abismo , pero yo ya he llegado.
No hay magia de la que no quiera saber el truco. El problema es que si lo que hay es lo que ves, y lo que no ves no paras hasta verlo, qué te queda? La realidad ardua y sin misterio, y ya no hay vuelta atrás…

No hay misterio que no se pueda descifrar, ni decepción tan grande como haberlo hecho..

2 comentarios:

  1. El instinto del gato hará que se detenga antes de que su sombra haya caído por el precipicio. Incluso si su sombra llegase a caer, él sabrá retenerla antes de alcanzar el suelo, para seguir descifrando nuevos misterios; el placer no estará en lo que descubras, sino en cómo lo haces. Un saludo.

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  2. Por eso los gatos tienen 7 vidas, para que una curiosidad no acabe con ellos...pueden permitirse el lujo de morir 6 veces por la curiosidad y luego vivir la vida que les queda intentando descifrar si la realidad en la que vivimos es simple sin trucos o si es un truco para que todo parezca un sin trucos...
    La curiosidad es algo innato. Todo lo que vemos, es la mitad de lo que existe.

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