Tengo que aprender a comprender la física, para poder manejar sus leyes. Cómo puede la inercia impedirme dar el primer paso , y sin embargo una vez dado esa misma inercia me guía, como un embudo a recorrer el camino hasta el precipicio.
Y si bien no comprendo la física, si puedo discernir que mi curiosidad me lleva siempre a forzar esa inercia, y a necesitar conocer que hay al final del precipicio. Y como no puede ser de otra manera al final del precipicio hay un abismo , pero yo ya he llegado.
No hay magia de la que no quiera saber el truco. El problema es que si lo que hay es lo que ves, y lo que no ves no paras hasta verlo, qué te queda? La realidad ardua y sin misterio, y ya no hay vuelta atrás…
No hay misterio que no se pueda descifrar, ni decepción tan grande como haberlo hecho..
El instinto del gato hará que se detenga antes de que su sombra haya caído por el precipicio. Incluso si su sombra llegase a caer, él sabrá retenerla antes de alcanzar el suelo, para seguir descifrando nuevos misterios; el placer no estará en lo que descubras, sino en cómo lo haces. Un saludo.
ResponderEliminarPor eso los gatos tienen 7 vidas, para que una curiosidad no acabe con ellos...pueden permitirse el lujo de morir 6 veces por la curiosidad y luego vivir la vida que les queda intentando descifrar si la realidad en la que vivimos es simple sin trucos o si es un truco para que todo parezca un sin trucos...
ResponderEliminarLa curiosidad es algo innato. Todo lo que vemos, es la mitad de lo que existe.