martes, 5 de junio de 2012

Ventanas...

Al abrir una puerta nunca encuentras nada, pero sucedió que la última vez que cerrastes una, en la ventana había un gorrión. Desde entonces siempre esta ahí, haga frío o calor, siempre en tu ventana. No deja que entren bichos ni nada a molestarte y te canta cuando estas triste. Quieres cuidarlo, porque no quieres que se vaya volando, aunque tendrá que hacerlo de vez en cuando, pero esperas que vuelva a tu ventana. Y sueñas, al mirarlo, que tú también eres un pajarito que puede volar con él, a donde te quiera llevar. Tú siempre abrías puertas, nunca ventanas. Pero es que nunca había pájaros en ella, que te hicieran soñar que podías volar.